La floreciente democracia de la Nicaragua Sandinista  

 

Por Ernesto Wong Maestre

A tres años para celebrar el cuarenta aniversario del derrocamiento de la dictadura somocista, la sociedad nicaragüense se apresta este domingo 6 de noviembre a acudir a las elecciones presidenciales en un clima político caracterizado por la masiva participación ciudadana en las obras sociales, económicas y científico-tecnológicas impulsadas por el Gobierno revolucionario sandinista de Daniel Ortega Saavedra, apoyado arduamente por esa gran intelectual orgánica –diría Gramsci- como es Rosario Murillo, quienes han sostenido insistentemente en que su gestión responde a una visión filosófica sintetizada en el modelo “cristiano, socialista y solidario, que promueve la hermandad y la solidaridad, en todos los tiempos, en todos los momentos, y que despierta la conciencia de patria y libertad, es decir, de Patria para tod@s, de Patria donde habitamos tod@s, y donde debemos encontrar los caminos de unión y de fuerza”.

Tal visión es sintomática de la voluntad política del sandinismo, no solo de comprender los ancestros valores culturales del pueblo nica, centroamericano e indomable por naturaleza, como fueron sus ancestros mayas y caribes, sino también de aplicarlos en la vida diaria, desde hacer posible el ascenso a la dirección del Estado Nacional de los diferentes sectores sociales y comunidades del país, hasta garantizar que cada obra a realizar cumpla con el ideario sandinista de “saber convocar y animar a todas las familias nicaragüenses a construir la Patria” mediante la alianza “Nicaragua Triunfa” donde todos y todas deben compartir los esfuerzos, sacrificios y logros, y más que todo, deben creer y vivir esos ideales, valores y principios “cristianos, socialistas y solidarios” con los que el sandinismo ha comenzado a transformar las comarcas, los barrios y las comunidades de toda la Patria Libre por la que han muerto defendiéndola miles de héroes anónimos a lo largo de varios siglos.

¡Cuán plena de riqueza espiritual y de verdades insoslayables ha estado la campaña comunicacional electoral que impulsan Daniel y Rosario! junto a todo ese mundo de la vida –diría Habermas-  “cristiano, socialista y solidario” que le acompañan a diario y que es el real transformador de la sociedad nicaragüense, heredada de esas décadas infames del capitalismo somocista proimperialista aunque también donde se arraigó esa cultura indomable centroamericana con todas sus expresiones culturales locales, fundamento del movimiento de liberación nacional de Nicaragua, como hubiera dicho el héroe guineano Amilcar Cabral.

Rosario Murillo es, ante todo, una luchadora anti somocista de reconocida labor patriótica que desde los ámbitos de la cultura popular fue aportando y uniendo esa riqueza espiritual a la ingente labor estratégica y comunicacional de Ortega con quien comparte la vida familiar.

Hoy vemos en las elecciones un panorama político plural donde se confrontan ideas y proyectos entre los seis candidatos a la presidencia nicaragüense con sus respectivos vicepresidentes, y también entre los candidatos a diputados, pues se elegirán 20 nuevos diputados nacionales, de los cuales 70 son del nivel departamental y regional, mientras 20 deben ser elegidos para integrar el Parlamento Centroamericano.

El más cercano contendor a la fórmula Daniel-Rosario es el hoy ganadero Maximino Rodríguez quien solo alcanza el 8% de la intención de voto contra el 70% que posee el candidato sandinista. Rodríguez formó parte de las fuerzas contrarrevolucionarias que en los 80 causaron tantas muertes pues fueron apoyadas militarmente desde Washington. En esta oportunidad es acompañado para el cargo de vicepresidenta por Martha McCoy, actual directora administrativa del CNEA del Sistema Educativo Nacional.

Los otros partidos solo alcanzan entre 0,8% y 2,3% de intención de voto. Ellos son la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) con su candidato, Saturnino Cerrato, acompañado de Francisca Chow; el Partido Liberal Independiente (PLI) con el odontólogo de profesión, José del Carmen Alvarado, acompañado para la vicepresidencia por la abogada Yadira Ríos; el Partido Conservador (PC) con el candidato Erick Cabezas y su fórmula Virginia Montoya, una educadora arquitecta recién incursa en la contienda política; y el partido Alianza por la República (APRE) liderado por Carlos Canales acompañado por el sindicalista Nilo Salazar.

El hecho de disponer del setenta por ciento de las preferencias electorales resulta muy significativo para comprender el liderazgo de Daniel Ortega dentro del actual sujeto histórico de la Revolución nicaragüense quien ha cosechado numerosos logros políticos y sociales, sustentados todos por los avances en la economía aún subdesarrollada del país pero en camino hacia su desarrollo sostenible e inclusivo, también logrado a través de diversas alianzas  y decisiones de amplios consensos.

Entre esos avances sociales del último año presidencial se destacan las ciento ochenta mil consultas en clínicas móviles; las ciento sesenta mil atenciones en salud del programa Tod@s con Voz, las inauguraciones de cuatro quirófanos en el hospital Amistad Japón-Nicaragua; las centenares de asambleas, encuentros y conversatorios sobre salud; las inauguraciones de aulas de clases en diversas ciudades; la entrega de miles de bonos productivos alimentarios; más de cincuenta ferias de la economía familiar en todo el país; entrega de kit de riego y de herramientas a familias protagonistas de los comunidades de los distintos programas del ministerio de la Economía Familiar; inversión de dieciséis millones solo en León generadores de 550 empleos directos; mejoramiento de instalaciones deportivas y realizaciones de parques de ferias en las grandes ciudades; suministro de energía eléctrica para 4,500 viviendas de acuerdo con el programa de electrificación, según el cual se aspira a abastecer a más del 90% de las viviendas del país antes de concluir 2016.

Todo ello da sustento a esas opiniones de observadores internacionales que hoy se encuentran acompañando el proceso electoral nicaragüense. Para el líder paraguayo Fernando Lugo, Nicaragua es un caso interesante: «Por lo menos en la región del Cono Sur –dice Lugo- cuando dicen que los gobiernos progresistas están pasando por una crisis creemos que mucho podemos aprender hoy de Nicaragua, donde el proceso nicaragüense es un proceso que se ha consolidado». Por su parte, Pablo Gutiérrez, ex director de Cooperación Electoral de la OEA, consideró este viernes que “Nicaragua está cumpliendo a cabalidad el ritual democrático ininterrumpido de elecciones de un país soberano”. Mientras que el salvadoreño Eugenio Chica, por cinco años presidente de la autoridad electoral del país centroamericano, pone el énfasis en que Nicaragua tiene el prestigio de ser “la nación con mayor participación electoral en la región centroamericana” donde “la gente vota mucho, participa mucho, y eso tiene que ver con la democracia en esta sociedad, donde hay mucho espacio y libertad para que la gente vote y haga suyo el proceso electoral”.

Desde la Venezuela Bolivariana, revolucionaria y chavista, el pueblo acompaña con su saludo y praxis solidaria a la gesta sandinista por construir un mundo mejor, con independencia y por la vía del socialismo.

@ProfeWong

www.profewong.blogspot.com

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