4F de 1992: Rebelión que insurgió para transformar el poder

Marbelys Mavárez Laguna

En la celebración de la Rebelión del 4F de 1992, hubo un despliegue significativo de las fuerzas revolucionarias que tiñeron de color y de alegría este día, en tanto el 4F significa, sobre todo, el renacimiento del pueblo y en consecuencia de la Patria.

No solo los slogans, los cantos, las consignas dieron cuenta de la atmósfera festiva. De manera especial destaca el contenido y significado que el pueblo le atribuye a esta fecha, emblemática porque el Comandante Eterno, Hugo Chávez, decidió rebelarse ante el modelo hegemónico reinante. Por ello este día representa una fecha de liberación.

Pues bien, es propicio el momento para sistematizar esa interpretación que el pueblo tiene sobre el 4F. A menudo, incluso en filas revolucionarias, se dice que se trata del día en el cual el Comandante Chávez dio un golpe a CAP. Nada más lejos de la realidad. Se trata de un día de rebelión o de insurrección. No de golpe.

Asimismo, es verdaderamente importante -además de recordar cómo se encontraba la estructura económica, política, social, cultural y militar en el país- destacar cómo nos encontramos 26 años después de tal rebelión, pese a los ataques multidimensionales que se han activado en Venezuela.

Valdría la pena, asimismo, ratificar qué significó en términos tangibles la exclusión de las grandes mayorías, cuál era el rostro de la pobreza, cómo se hallaban los trabajadores del país, en qué consistía la lucha y las reivindicaciones de la clase obrera, qué representó la opción privatizadora para el país en términos fiscales, entre otros temas que vapulearon a los venezolanos en la llamada época de la Cuarta República.

El empobrecimiento sistemático del pueblo en la década de los 90

Si una variable debe recordarse en esta coyuntura es la relacionada con la pobreza que privó en los años noventa. No hubo organismo alguno que pudiera disfrazar las cifras o indicadores económicos y sociales (solo por mencionar dos indicadores) de los países de América Latina y El Caribe. Incluso la CEPAL llegó a reportar los siguientes datos: A principios del año 2000, alrededor de  250 millones de latinoamericanos/as y caribeños/as se encontraban en situación de pobreza o, mejor aún, empobrecidos.

Cuando Carlos Andrés Pérez asumió por segunda vez la Presidencia de la República de Venezuela, el 02 de Febrero de 1989, nunca imaginó que apenas veinticinco días después pasaría a la historia como uno de los peores gobiernos no solo de Venezuela, sino de la América Latina.

Fue, justamente, lo que Carlos Andrés se reservó ese 2 de febrero de 1989 lo que ocasionó que las masas dejaran sus ranchos para reclamar lo que históricamente los gobiernos le habían despojado. Bastó con el anuncio y materialización de las medidas que posteriormente posibilitaron el aumento de los precios, la congelación de los salarios, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional… para que Venezuela se alzara. Aunque en honor a la verdad verdadera, de lo que se trató fue de una explosión social sin conducción política, producto del agotamiento de un modelo que se reprodujo sistemáticamente desde el Pacto de Punto Fijo.

De manera tal que el 4F es la continuación de la gesta emancipadora signada por el pueblo venezolano en 1989. Vale recordar que antes del 4F, se divulgaban noticias, con una frecuencia incomparable, según las cuales Venezuela debía acudir al Fondo Monetario Internacional, (FMI) al Banco Mundial (BM) o al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En otras palabras, debía acatar los designios de tales organismos.

También se dejaban leer informaciones que revelaban la imperiosa necesidad de reducir el gasto (lo cual obviamente incluía al gasto social en la esfera del gasto público) y, no menos importante, que debíamos “apretarnos el cinturón”, “endeudarnos con los organismos financieros internacionales”, “aplicar el recetario” con las consecuencias de un inevitable shock cuyo impactando lo social. El resultado: más del 80% de la población venezolana en estado de pobreza.

Por esa razón aquel 4-F es para la historia contemporánea de Venezuela un día de liberación. El pueblo venezolano, a partir de ese momento, pudo conocer que tiene en sus manos las armas para emprender movimientos emancipatorios. Con el  4-F se crearon las condiciones para que la población venezolana comenzara a asumir el poder para la transformación del denominado status quo.

 

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