Opinión: La realidad mundial, la ONU y el discurso de Nicolás
Por Eduardo Piñate R.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), surgida tras la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, es la expresión de la correlación de fuerzas del mundo como resultado de esa conflagración que dejó más de 50 millones de muertos y la destrucción de Europa y partes significativas de África y Asia. A partir de ese conflicto los EEUU consolidaron su hegemonía planetaria y se erigieron como la principal potencia imperialista del mundo capitalista, que disputó esa hegemonía con la URSS y el llamado bloque socialista hasta el derrumbe de este a principios de la década del 90 del siglo pasado.
Hoy vivimos una realidad geopolítica mundial radicalmente distinta a la existente en 1945 y los años siguientes durante la Guerra Fría. La correlación de fuerzas ha variado, el capitalismo vive la más profunda de sus crisis, el imperialismo –estadounidense, europeo y otros – están en franca decadencia y otras naciones con economías emergentes –como China y Rusia, entre otras- fortalecen su gravitación y protagonismo en la economía y la política mundial, poniendo en cuestión la unipolaridad yanqui y reivindicando el multilateralismo, un nuevo mundo con nuevas relaciones, multicéntrico y pluripolar. De allí el anacronismo actual de todo el sistema de las Naciones Unidas.
En este marco general, Venezuela y la Revolución Bolivariana, con nuestro proyecto socialista, soberano e independiente, estamos en el epicentro de esta contradicción, por cuanto al tiempo que somos el ejemplo visible y palpable de que es posible para la humanidad vivir en libertad, con justicia, dignidad y paz, sin que ninguna nación se subordine a otra, sin que ningún ser humano sea explotado por otro; propugnamos un mundo donde todas las naciones, pueblos y gobiernos nos relacionemos con respeto y en condiciones de igualdad.
El discurso del Presidente Obrero Nicolás Maduro en el 73 período de sesiones de la ONU el pasado 26 de septiembre, reivindicó estos conceptos, esencia de nuestra revolución bolivariana y chavista, con nuestra condición histórica de pueblo combatiente por la justicia y la libertad. Seguimos venciendo.