Opinión:Venceremos al terrorismo

Por Eduardo Piñate R.

En 22 años que tiene la Revolución Bolivariana siendo gobierno, es decir, el pueblo venezolano siendo Poder, se han utilizado todas las formas de agresión posibles para destruir la revolución. Hemos enfrentado una guerra multiforme que ha afectado el funcionamiento de la sociedad y las condiciones materiales de vida de nuestro pueblo. Una de esas formas ha sido el terrorismo; diversas acciones y eventos terroristas hemos enfrentado y derrotado con la conciencia de nuestro pueblo y la gran fortaleza de nuestra revolución: la unión cívico militar.

Desde el año 2002 con el paro sabotaje petrolero, las diversas expresiones de foquismo urbano (conocidas como “guarimbas” en 2004, 2013, 2014 y 2017), el sabotaje de la refinería de Amuay en vida del Comandante Chávez, el magnicidio en grado de frustración del 4 de agosto de 2018 contra el presidente Maduro, el sabotaje eléctrico de 2019 y diversas acciones de sabotaje contra instalaciones de Corpoelec, algunas empresas básicas y la industria petrolera, entre otras, son muestra de lo que afirmamos.

Luego de la desaparición física del Comandante Supremo Hugo Chávez y la llegada a la Presidencia de la República del camarada Nicolás Maduro, cuando el imperialismo –contando con la quinta columna que desde el 2016 se instaló en la Asamblea Nacional- decidió cortar las vías del ingreso nacional, uno de sus objetivos fue PDVSA (también el BCV) y el bloqueo tiene el propósito de impedir que nuestro país pueda comercializar el petróleo y otros hidrocarburos y derivados que producimos, así como impedir que lleguen insumos, piezas de repuesto, equipos y aditivos que necesita nuestra industria en general y la petrolera en particular.

La clase obrera petrolera, con la Comisión Presidencial Alí Rodríguez Araque y organizada en los CPT, ha estado dando una batalla fundamental para defender y recuperar la industria, lo cual ha redundado en el hecho que hoy existe una tendencia a la recuperación y elevación de la producción de petróleo y derivados. En este contexto y en varias oportunidades, diversas instalaciones petroleras han sido objeto de sabotajes para detener esta tendencia recuperadora. La última fue hace pocos días, cuando fue volado el gasoducto de El Tejero, en Monagas, hecho denunciado por el camarada Tareck El Aissamí. Como en las oportunidades anteriores, con la unión de la clase obrera petrolera y la dirección revolucionaria de la industria, derrotaremos el terrorismo. Seguimos venciendo.

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