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Aparato productivo debe generar divisas más allá de la renta petrolera

Ya no hay forma que el aparato productivo se siga sosteniendo sobre la base de la renta petrolera. En principio porque el aparato productivo venezolano, ni ningún otro, se sostiene en el paradigma petrolero. Se trata de un modelo que está quedando anquilosado en el pasado por varias razones: la primera, el mundo está dando saltos significativos en materia de avances de ciencia, tecnología e innovación, de los cuales Venezuela no puede escapar.

En segundo orden, porque la nueva estructura global está dando señales que dicen a las economías del mundo que el petróleo respondió en un momento determinado, pero paulatinamente, aunque de forma sostenida, está siendo reemplazado por otros recursos, insumos, fuentes energéticas, distintas a las energías fósiles que, de paso, son altamente contaminantes, lo cual dista muchísimo de un modelo sustentable y sostenible.

 “Nuestro país tendrá que remar fuerte, con buen viento y buena mar, en la erradicación definitiva del viejo modelo rentista petrolero para pasar a tener una nueva economía productiva, nacionalista, que no dependa abiertamente de las divisas del Estado o de las casas matrices externas que impusieron aquel viejo modelo que aún impera”.

¡A generar divisas!

Tal señalamiento lo hizo el ministro Miguel Pérez Abad, quien ha deslizado la tesis según la cual “nuestra economía debe  generar sus propias divisas, distintas al petróleo,  para que el aparato productivo comience su crecimiento sostenido, ahorrando divisas vía sustitución de importaciones y generando las propias, a través de un plan de largo aliento, de estímulos,  e incremento de las exportaciones no tradicionales”.

Uno de los cuestionamientos que ha venido realizando el sector empresarial ha sido, precisamente, que Venezuela no tiene cultura exportadora,  y ese modelo debemos construirlo de forma decisiva. Han agregado, además, en el seno del Consejo de Economía Productiva,  la necesidad de vencer la cultura importadora de Venezuela: mucho de lo que se requiere para el consumo es traído de otros países, asunto en el cual se maneja muy bien el país. No obstante, esta praxis ha ocasionado efectos perversos en nuestra economía.

Tales discusiones se han venido librando en  el marco del Consejo Nacional de Economía Productiva (CNEP), coordinado por el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz. El segundo al bate es el ministro de Industrias, Miguel Pérez Abad. Ambos, sumados a empresarios y otros sectores, vienen aplicando la Agenda Económica Bolivariana. Para tal fin se han creado 15 motores productivos e identificados 50 rubros y servicios.

El rol de la Clase Obrera

En esta coyuntura en la que es una necesidad dar un vuelco al modelo económico, la Clase Obrera tiene, sin duda alguna, un reto histórico. De esta depende la transformación del ejercicio de la Gestión, en la que se impone de manera decisiva que sea directa, democrática, participativa para que se dé una justa distribución de las riquezas y evitar que las mismas queden en manos de unos pocos: de ese 1% que es dueño del total de las riquezas globales.

“Hay un alto nivel de conciencia, sobre todo en las nuevas generaciones, en el sentido de entender que hoy se trabaja no sólo por la quincena, por el último, por mantener a la familia, sino que el trabajo tiene un significado mucho más allá de eso, que es producir los bienes y servicios para toda la sociedad”

 Redactó: Marbelys Mavárez Laguna