Prensa (MPPPST). El presidente Nicolás Maduro cumple tres años gobernando Venezuela enfrentando ataques de la derecha nacional e internacional, traducidos en una guerra no convencional con el objetivo de derrocar su mandato constitucional y acabar con la Revolución Bolivariana.
Desde la llegada al poder del presidente obrero Nicolás Maduro, actores políticos de la derecha nacional, como Henrique Capriles Radonski y Lepoldo López han sido artífices de distintos actos de violencia que se han desatado en Venezuela donde han sido asesinados venezolanos por hechos sin parangón como la denominada Guarimba.
Durante el gobierno de Maduro, Venezuela también ha tenido que enfrentar una guerra silenciosa. Consiste en desestabilizar poco a poco la vida normal de la República, tal como se ha hecho contra países de Latinoamérica, como es el caso de Chile, país que sufrió este mismo acto durante el gobierno de Salvador Allende.
El autor de esta guerra es el Imperio apoyado por la derecha nacional y de algunas empresas como General Motors, Colgate Palmolive, Firestone, Pirelli, Johnson y Johnson, Kraf-Heinz, Empresas Polar, entre otras, que implementan tácticas especulativas y crean una situación de escasez y de desabastecimiento que ellos mismos han causado. Todas las estrategias formuladas por estos empresarios venezolanos han sido concertadas: se han puesto de acuerdo para acometer, de forma sistemática y sostenida, una serie de acciones para torpedear la Revolución Bolivariana.
Como alternativa a esta situación, el gobierno revolucionario ha recuperado a lo largo de estos años de Revolución algunas empresas que estaban en manos privadas, como es el caso de las empresas llamadas RONCA: recuperadas, ocupadas, nacionalizadas, creadas y aliadas. Empresas como la CANTV, en tiempos de la Cuarta República fue privatizada y ahora es una empresa estratégica manejada por y para los venezolanos. También es el caso de Fábrica Nacional de Cemento, Fama de América, Souto, Mercal, Alucasa, Orinoco Iron, Comsigua, Venprecar, Suvinca y Metalúrgica Matesi, Invepal, Venvidrios. Todas están siendo manejadas por los trabajadores y están produciendo para el pueblo para contrarrestar la arremetida del Imperio y la derecha nacional con la guerra económica.
Guerra mediática
Las redes sociales y los medios de comunicación también han sido escenario de las arremetidas de la oposición contra el Gobierno de Nicolás Maduro. Existe una agenda diaria para hablar negativamente de Venezuela, situación solo comparable con los preparativos de la invasión a Libia y Siria. El Gobierno Bolivariano, además de enfrentarse a especuladores o acaparadores, lo ha hecho contra toda una maquinaria de guerra global. Basta dar un paneo a medios como El Nuevo Herald. El País, El Espectador, BBC Mundo, CNN en Español, Diario Las Américas, entre otros tantos, dedicados a generar matrices del país como si se tratara de una nación al margen de toda Ley, donde priva la anarquía: es la tesis del Estado forajido.
Injerencia de los Estados Unidos
En el año 2015, el presidente Barack Obama emitió una orden ejecutiva donde declaró a Venezuela como una amenaza “inusual y extraordinaria” a su seguridad nacional. El trasfondo de este decreto es una preparación del terreno por parte de Estados Unidos para una intervención, violando la soberanía de Venezuela. Este decreto se extendió por un año más en el 2016. Los pueblos del mundo han rechazado este decreto de Barack Obama, considerando que Venezuela no es una amenaza para ningún país del mundo.
Ante todas estas arremetidas el presidente Nicolás Maduro, junto al pueblo venezolano, sigue en pie de lucha contras las acciones del imperio y de la derecha nacional para brindarle la mayor felicidad posible a todos los venezolanos y cumplir ese legado histórico del plan de la Patria que nos dejó el comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez.
Redacción: Carlos Palacios