Nuestra memoria militante registra esta emblemática muerte de una joven mujer activista del estudiantado universitario y miembro de la Juventud del Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Este crimen fue realizado en plena «democracia representativa» de la Cuarta República y del Pacto Punto Fijo. Un ejemplo que fue sumado a las miles de ciudadanas y ciudadanos venezolanos muertos y desaparecidos por su actividad política, coherente en ideales y acción por una Patria digna.
Recordar a Livia, es también evocar como caso emblemático a Alberto Lovera, ser que «resistió el ensañamiento criminal de sus verdugos con valor irreductible», en palabras de José Vicente Rangel.
Y en los días que vivimos de la Revolución Bolivariana con al álito de nuestro Comandante Hugo Chávez, están entre los cientos de asesinados por la derecha fascista cipaya del imperialismo norteamericano: Danilo Anderson, Robert Serra y Fritz Saint Louis.
El Comandante Eterno Hugo Chávez habría manifestado: «Momento triste de Patria. Patria herida una vez más con la muerte de un valiente, de un honesto venezolano que estremece el alma de la Nación, como puñalada en el corazón… caso propio de mentes inhumanas que apuntan contra un objetivo identificado, es lo que se llama terrorismo selectivo…»
«Nadie sabe dónde enterraron los asesinos estos cuerpos, pero ellos saldrán de la tierra a cobrar la sangre caída en la resurrección del pueblo» (Pablo Neruda)
Y diría Simón Bolívar: «Esperad compatriotas de nuevo la libertad… No comparéis vuestras fuerzas físicas con las enemigas, porque no es comparable el espíritu con la materia… Combatid, pues, y venceréis»
Por Carlos Suárez