(MPPPST – 2 de junio de 2025) – En esta fecha que resuena con la profunda vocación de libertad de nuestra patria, conmemoramos un hito trascendental en la historia venezolana: el 2 de junio de 1816, cuando el Libertador Simón Bolívar, desde Carúpano, decretó la abolición de la esclavitud. Este acto visionario no solo marcó un paso decisivo en la gesta independentista, sino que también sentó las bases de una república cimentada en los principios de igualdad y dignidad humana para todos.
La decisión de Bolívar en Carúpano fue mucho más que una estrategia militar; fue una declaración humanitaria que elevó la lucha por la independencia a un plano de justicia social profunda. Al liberar a quienes habían sido despojados de su albedrío, el Libertador no solo honró su compromiso con la causa republicana, sino que también desafió las estructuras de poder de la época, demostrando que la verdadera libertad no podía coexistir con ninguna forma de opresión. Fue un llamado a la unidad y a la redención de una parte fundamental de nuestro pueblo.
El espíritu de aquel decreto sigue vivo en el corazón de la nación. Hoy, a más de dos siglos de aquel día histórico, la abolición de la esclavitud nos recuerda el camino inconcluso hacia la plena emancipación y la construcción de una sociedad donde prevalezca la equidad y el respeto por los derechos humanos. Nos inspira a seguir trabajando por la inclusión, la justicia social y el reconocimiento de la diversidad que conforma nuestra identidad venezolana.
Al evocar el 2 de junio de 1816, honramos el legado de Bolívar y de todos aquellos que lucharon por una Venezuela libre y justa. Que este recordatorio impulse la reflexión sobre los desafíos que aún persisten y motive a cada ciudadana y ciudadano a ser constructor de un porvenir en el que los ideales de libertad, igualdad y justicia social sean una realidad palpable en cada rincón de nuestra patria. Es un llamado a mantener viva la llama de la dignidad humana.