Conmemoraciones Históricas

1º de enero de 1804: Triunfo de la Revolución haitiana

“Haití: La primera República negra del mundo y la primera República de Nuestra América en fecha tan temprana como el 1º de enero de 1804, tras vencer a las tropas napoleónicas luego de 12 años de lucha (1791-1803).

Haití: la de los jacobinos negros, la de Toussaint  L´Ouverture y Alejandro Petión.

Haití: la de Miranda. Allá lejos con su sueño de libertar todo un continente -como ocurriría con Bolívar, diez años más tarde- quien recibiría la solidaridad y el apoyo de los jacobinos negros. Allá izó el Precursor por primera vez nuestra bandera en el mástil del Leander el 12 de marzo de 1816. Haití: la de Bolívar, la de la expedición de Los Cayos (1816) que contó con el respaldo sin condiciones del ilustre Petión, quien solo le pidió la libertad de los esclavos. No en vano el Libertador lo llamó: “el autor de nuestra libertad”. Allí Bolívar, en contacto con la realidad de la “República más democrática del mundo” (son sus palabras),  terminó de forjar el temple de su espíritu revolucionario. Haití es entonces, tierra santa para nosotros y nosotras”.  Comandante Hugo Chávez. Las líneas de Chávez (fragmento) 18-1-2010.

Si hablamos con rigor histórico de revoluciones en Nuestra América, la que merece tal nombre por su radicalidad fue la que protagonizaron los esclavos liderados por los “jacobinos negros” en Haití, que iniciada en 1791 fue conquistada en duras batallas contra la mayor fuerza militar de su época en 1803; luego proclamada República de Haití, el 1º de enero de 1804.

La revolución haitiana, más temprano que tarde, desnudó hasta la impudicia a los actores europeos y norteamericanos, cuando sus fuerzas productivas conformaban el sistema mundo a su imagen y semejanza; para sus fines y métodos no había barreras ni escrúpulos, con bendición papal mediante y con ideólogos a su medida: Intereses son intereses, “business is business” ¿no es cierto, míster Monroe?

Dos continentes, América y África, fueron asolados. Extrajeron la riqueza americana en oro, plata y perlas para la acumulación primaria del capitalismo y ante la resistencia indígena, el genocidio de los pueblos originarios; desaparecida la mano de obra indígena, la reemplazan con el infamante “tráfico de esclavos africanos” en el que participan los países europeos y los nuevos amos yanquis.

La Constitución haitiana de 1805 estableció el fin de la esclavitud y se reconoció como República de Haití, voz de origen taíno en honor a los primeros pobladores de la isla. Ejemplo para el mundo y en particular para los pueblos esclavizados por europeos en el Caribe y los sureños de los EE UU e indudable estímulo para las luchas de liberación en Nuestra América.

“La tragedia actual haitiana conmueve a gran número de personas, pero tal vez muy pocas se detienen a pensar, por qué Haití es un país tan pobre ¿Por qué su población depende en un 50% de las remesas familiares que reciben del exterior? ¿Por qué no analizar las realidades que conducen a la actual situación haitiana? Lo más curioso de esta historia es que nadie pronuncia palabra para recordar que Haití fue el primer país en que 400 mil africanos esclavizados y traficados por los europeos, se sublevaron contra 1.000 dueños blancos de plantaciones de caña y café, llevando a cabo la primera gran revolución social en nuestro hemisferio.

Páginas de insuperable gloria se escribieron allí. El más eminente general de Napoleón fue derrotado. Haití es un producto neto del colonialismo y del imperialismo, con más de un siglo de empleo de sus recursos humanos en los trabajos más duros, con innúmeras intervenciones militares y la extracción de riquezas.”  Comandante Fidel Castro La lección de Haití (fragmento) 10-1-2010

En este 2016 que iniciamos, se cumplen 212 años de la epopeya haitiana que en solidaridad trataremos de honrar con publicaciones y conversatorios en los espacios que nuestra Revolución Bolivariana abrió para la «batalla de ideas” que protagonizamos todos y todas.

“…Confiando en la elevación del carácter de V.E. me he atrevido a presentarme por segunda vez en Haití… declaro a V.E. y bajo mi palabra de honor, que he hecho el mejor uso posible de la ayuda con que me favoreció para mis conciudadanos… Confío en que V.E. no me abandonará al destino que me abruma, V.E. es suficientemente magnánimo para continuar sus generosidades hacia mi patria. Aguardo aquí la respuesta de V.E. como el postrer decreto de mi existencia política…”  Simón Bolívar a Alexander Petión.   Puerto de Jacmel (Haití) Septiembre 6, 1816.

“…Leo con un dolor que supera a todo lo que puedo expresar los lamentables acontecimientos que le obligaron a abandonar Tierra Firme… Si la fortuna se ha reído de Usted por dos veces, quizás le sonría en la tercera oportunidad. Yo por lo menos tengo ese presentimiento, y si algo puedo hacer para mitigar su pesar y su dolor, cuente con todo lo que de mí depende. Dése, pues, prisa y venga a esta ciudad…” de A. Petión a S. Bolívar. Puerto Príncipe (Haití) Setiembre 7, 1816

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Post Scritum. “Libertad o Muerte Haitiana” de Ana Martínez. Edición del Centro Cultural de la Cooperación de la República Argentina en espera de su publicación.

Colaboración: Carlos Suárez