Satélite Simón Bolívar: 7 años brindando salud y educación

Desde el año 2009, hace siete años, Venezuela entró en la etapa: la era satelital. El propósito consistió en beneficiar a sectores excluidos que no pueden pagar servicios de telefonía e Internet. Y a quienes no pueden detectar a tiempo diagnósticos médicos, o todavía se mantienen al margen del sistema educativo.

De los inicios

El Estado venezolano evidenció la imperiosa necesidad de un satélite propio luego del golpe de Estado del año 2002, episodio en el cual resultó muy fácil desinformar a la población venezolana sobre lo que estaba ocurriendo en el país. Nace, por lo tanto, un proyecto fundado en los valores de paz y amor. De manera tal que la tecnología espacial debía formar parte de la vida cotidiana del sector público.

Por lo tanto, después de los acontecimientos del año 2002 el Ejecutivo Nacional, encabezado por su máximo líder, Hugo Chávez Frías, se convenció de ser copartícipes de la tecnología espacial. El arranque: 2004, cuando se hizo urgente  empezar con las telecomunicaciones en función de nuestra soberanía y de los intereses nacionales. Desde esta óptica no es caprichosa la expresión cuyo contenido y significado habla por sí misma: “ahora seremos soberanos hasta en el espacio”

Muchos se preguntarán cuándo comenzó el primer viaje de un  satélite hacia el espacio y  qué país inició lo que para muchas naciones estigmatizadas de tercer mundistas resultó, por muchos años, una verdadera utopía. Pues bien, la fecha emblemática es 1957, año en el cual fue lanzado el primer satélite por los rusos. Inmediatamente Estados Unidos se incorpora a la carrera espacial.

Como podemos observar el despliegue en el marco de la carrera espacial tiene como contexto histórico la guerra fría, episodio en el cual dos bloques, la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Estados Unidos, se disputaban el poder.

Año 2005: la firma del contrato

Una vez afianzada la idea de la necesidad de un satélite venezolano, el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología emprendió una titánica tarea para lograr la utopía posible: un satélite para Indoamérica y El Caribe con el fin de afianzar la suma de felicidad en los países que conforman la Gran Patria.

De tal manera que el 01 de Noviembre del año 2005 Venezuela firmó el contrato con la República Popular de China, único país que en las cláusulas del Convenio aceptó no sólo la fabricación del gran artefacto, pues también estuvo de acuerdo en hacer la debida transferencia de los conocimientos a profesionales venezolanos. Sin duda, una señal que habla per sé de la firme disposición para lograr la independencia tecnológica.

Satélite en detalle

Luego de firmado el contrato se inició la ejecución exitosa de un proyecto complejo. Con muchas aristas, hecho con alta tecnología, pero también torpedeado, ya que se dio una especie de soborno de los países imperialistas, según el cual debíamos conformarnos sólo con su tecnología… No obstante, esta plataforma  nació de la mano del Socialismo, razón por la cual nosotros no llegamos a aceptar la imposición tecnológica para depender de los fabricantes y de sus conocimientos.

Dentro de los beneficios que brinda el Satélite Simón Bolívar se encuentran la tele-medicina y la tele- educación. A través de la tele-medicina, por ejemplo, se transmiten  y reciben  radiografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas, mamografías, etc de personas que se encuentran muy lejanas de los centros primarios de atención en salud. De tal forma que el tratamiento de una persona que se encuentra en un pueblito de Delta Amacuro se realiza en forma inmediata y no tenemos que esperar que este paciente se desplace desde su lugar hasta la ciudad.

En el caso de la tele-educación,  cualquier ciudadano tiene  acceso a programas educacionales sin necesidad de estar físicamente en un salón de clases, llegando a un gran número de estudiantes a la vez, mediante tecnologías de tele-comunicación por satélite.

¿Por qué el satélite surge de la mano con una política socialista?  A pesar de la complejidad que este tema implica en la praxis, sobre todo en países que han estado cobijados por las prácticas del capitalismo, es importante explicar que el satélite se soporta en una política socialista porque su principal cometido consiste en beneficiar a sectores desasistidos del país, a quienes se encuentran en zonas remotas de la gran patria y que por sus características han estado excluidos de los beneficios que ofrecen sus Estados.  Se trata de atender a quienes han estado “invisibilizados” en nuestra historia.

Existen otros argumentos que explican por qué se trata de un proyecto socialista: Su concepto y diseño, la forma de ejecutarlo parte del concepto socialista; dicho en otras palabras, propone la coexistencia de todos ante un bien común y no un mecanismo intermediario de producción de ganancia que beneficia a un sector pequeño.

Vale destacar que existe  una tendencia en las operadoras mundiales de telecomunicaciones que acaparan los servicios para decirle a los países pequeños que no nos incorporemos en esas tecnologías, que son asuntos costosos y complejos y por tanto que tales países  nos ayudarían, incluso, con regalarnos el servicio, lo cual se traduce en un mecanismo de dominación y de manejo de masas tremendo.

Actualmente, en la unión internacional de telecomunicaciones, hay corrientes que proponen que los miembros de esta Organización  tengan derecho a órbitas en el espacio. En otras palabras, se está promoviendo la privatización también del espacio. No obstante, estas iniciativas se han topado con un muro construido por algunos países entre los que se halla Venezuela, nación desde la cual se concibe el espacio ultraterrestre como un bien de la humanidad y en consecuencia nadie tiene o podrá tener propiedad sobre el mismo. No debe existir hegemonía alguna, pues la concepción del capitalismo que determina la ganancia por la ganancia, como único mecanismo fundamental y motivación del ser humano, está perdiendo vigencia de forma acelerada en los días que vivimos.

En relación con la cobertura es importante manifestar que el satélite  ilumina a El Caribe y Suramérica en banda C que se usa para transmisión en TV y radio. Desde esta banda iluminamos a Cuba, Jamaica, Haití, Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil. Iluminamos casi toda Suramérica, excepto la Patagonia al sur porque allí no hay mucha probabilidad de implementar programas sociales. Tampoco  iluminamos  Estados Unidos ni México. En todo caso, el satélite es una herramienta de integración regional muy importante que permite la incorporación de programas en la región.

¿Y las estaciones en Venezuela?

El país cuenta con dos estaciones terrenas: Bamari, en Guárico  y otra en Luepa, estado Bolívar. Han sido creadas para el control del  satélite. Por cierto, nuestras estaciones son 100% venezolanas. Y en su construcción participó tanto el sector público como el sector privado venezolano.

Soberanos hasta en el espacio, e inclusivos desde él

Tal como lo consagra el artículo 1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro país tiene como derecho irrenunciable la soberanía, independencia, libertad y la autodeterminación nacional. En su artículo 2 también contempla “la preeminencia de los derechos sociales” sobre otros. Coherentes con estos mandatos de la Constitución, el Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, promovió una política tecnológica para dar legitimidad y hacer viva la letra de la Constitución, así como el gran sueño del Presidente de la República.

“Venezuela está diciéndole a sus hermanos que debemos soltarnos de los mal llamados grandes del mundo que se adueñaron del espacio con fines netamente económicos”. Para muestra un botón. Al revisar la literatura sobre el particular, encontramos un texto de Herbert I. Shiler, quien en el libro Comunicación de masas e imperialismo yanqui, de la década de los años 60 señalaba, aludiendo  la posición oficial del presidente Dwight Eisenhower, lo siguiente:

“Esta nación ha seguido por tradición una política de llevar las comunicaciones, tales como los servicios internacionales de telégrafos, teléfonos y otros, por medio de empresas privadas y sujetas a licencias y legislación  oficiales. Tenemos los primeros medios de comunicación del mundo. En consecuencia, el gobierno deberá animar enérgicamente a la empresa privada para que establezca y opere transmisiones satelitales para FINES RENTABLES” (destacado propio).  (Shiler; ob. Cit. pág. 122)

El Satélite Simón Bolívar ha redundado en telefonía para la gente que no ha contado con redes de fibra óptica, telefonía, Internet u otros sistemas de comunicación porque sencillamente no tienen cómo pagar tales servicios. Esta plataforma satelital busca articular y hacer más eficiente y efectivo los sistemas de salud y de educación. No se trata, pues, de utilizar el satélite con fines de espionaje ni de vigilancia. Se trata de un logro que tiene un alto contenido social.

 

Por: Marbelys Mavárez Laguna

 

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