El Trabajo y el papel de la mujer en la gestión de Gobierno

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha legitimado nuevas relaciones de poder, sobre la base del principio de la igualdad. Ha otorgado derechos en igualdad de condiciones y de oportunidades a hombres y mujeres, a quienes ha posibilitado nuevos mecanismos para la organización y participación, social y política.

Este escenario está soportado en la promulgación de la igualdad de géneros auspiciado por el Gobierno venezolano. El primer signo significativo que legitimó los espacios de participación de la mujer fue el derecho al voto. En este sentido, es importante recordar que, para el año 1907, las mujeres solamente tenían  derecho a votar en países como Finlandia y Noruega.

No obstante, en la actualidad los mecanismos de participación de la mujer en nuestro país son tan importantes que para el año 2009, de los cinco poderes públicos, cuatro estaban dirigidos por mujeres: legislativo (Asamblea Nacional), electoral (Consejo Nacional Electoral), judicial (Tribunal Supremo de Justicia) y el poder ciudadano (Ministerio Público). Solo el poder Ejecutivo estaba en manos de un hombre: Hugo Chávez Frías.

De más está decir entonces que la legitimación y consagración de los derechos de la mujer han sido contundentes: No solo por la participación en los asuntos públicos, sino en la toma de decisiones, lo cual incluye nuestra acción en la vida política, en su más amplia acepción.

No podemos dejar de señalar que el Primero de Mayo fue una batalla de la Clase Obrera contra el capitalismo, por lo que su significado histórico es anticapitalista, tal como lo dijo el Presidente Hugo Chávez Frías el 30 de abril del año 2008.

Mayor equidad, más pluralidad

Por las razones anteriores es que decimos que en el marco del nuevo Estado Social, de Justicia y de Derecho, es pertinente el contexto para que las mujeres participen de manera activa y protagónica en los asuntos del Estado.

De forma creciente y activa las mujeres están presentes en la gestión pública. Y esto no es fortuito ni capricho. La mujer asume ahora un rol  protagónico en la toma de decisiones. La Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras establece las condiciones para que la mujer desarrolle sus potencialidades. Así, los artículos 330, 331, 333, 334, 336, 337, 338  contemplan las condiciones para que las féminas logren sus objetivos en el campo laboral.

De esta forma el referido articulado garantiza la protección de la familia, de la maternidad, el descanso pre y post natal, la prolongación del descanso prenatal, entre otros aspectos que contribuyen con  generar las condiciones para que la familia tenga un funcionamiento adecuado a los nuevos tiempos y acorde con las necesidades del país y, desde luego, del mismo sujeto.

Ahora, en pleno siglo XXI, existe una corresponsabilidad en los asuntos públicos, en la vida cotidiana, en la cuestión privada. No es posible imaginar un modelo de sociedad sin la necesaria presencia de la mujer. ¿Por qué?

Debemos apuntar que en el modelo al cual asistimos hoy por hoy  los niveles de liderazgo, organización y participación los llevan en sus manos también las mujeres. El liderazgo de una mujer radica precisamente en la capacidad de llegar a consensos, articular esfuerzos, trabajar en equipo y organizar. Allí están concentradas sus fortalezas y  oportunidades.

La mujer en el mundo del trabajo

Así, para el año 2013, 12 de los 31 ministerios existentes eran dirigidos por mujeres. En esa fecha, cuatro de los cinco rectores principales del Consejo Nacional Electoral eran mujeres. Y desde el año 2014, por primera vez una mujer asume la cancillería de la República.

Para las elecciones de diputados al Parlamento en el año 2015, el Presidente Nicolás Maduro propuso que las candidatas y candidatos a la Asamblea Nacional fuesen 50% mujeres y 50% hombres para garantizar la igualdad de género establecida en la Constitución de la República y promovida por el comandante Chávez.

De manera tal que fue la Constitución aprobada por el pueblo en 1999 la primera en utilizar un lenguaje inclusivo con perspectiva de género; la primera que reconoce los derechos sexuales y reproductivos, así como el trabajo de las mujeres en los hogares como generador de riqueza.

Así, son muchos los casos de proyectos exitosos que han sido encaminados por mujeres venezolanas. La actual organización en estructuras como los Consejos Comunales está liderada por mujeres. Y la mayoría de actores son precisamente mujeres, quienes coadyuvan para que los procesos inherentes al Consejo Comunal se desarrollen de forma activa, eficaz, eficiente, asertiva.

De la historia

Después de 100 años del establecimiento del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, propuesto por Clara Zetkin, y apoyado por Alejandra Kollontai y Rosa Luxemburgo, para luchar por derechos laborales para las mujeres y una humanización de las condiciones de trabajo, en el contexto internacional continúan algunas desigualdades e inequidades hacia el trabajo integral que ellas aportan a las sociedades. El mandato sociocultural de la división sexual del trabajo continúa fundamentando la plusvalía sexual y avalando la explotación laboral, tal como lo señala la investigadora Alba Carosio.

Durante el siglo XX ha ido aumentando en todo el mundo la participación de las mujeres en la denominada “población activa”, es decir, la incorporación de las mujeres al empleo y al trabajo remunerado. El empleo femenino ha crecido en forma más acelerada que el masculino, respondiendo a necesidades económicas, sociales y subjetivas.

Ahora bien, en América Latina las tasas de actividad femenina en áreas urbanas fluctúan entre 34% y 50%. Y las tasas de participación laboral de las mujeres más pobres se incrementaron más acentuadamente en la década de los 90, impulsada por mayores necesidades de sobrevivencia.

En Europa ya se ha reconocido la “crisis de los cuidados”, que está siendo parcialmente solventada por la inmigración de las mujeres del mundo periférico, que proporcionan una mano de obra barata y precaria para realizar las funciones familiares de cuidado de hogares, niños y ancianos, mientras las europeas hacen carreras y ejercen profesiones.

Por: Marbelys Mavárez Laguna