Opinión: CUANDO LA DEMOCRACIA ES DE SEGUNDO GRADO


Por Eduardo Piñate R.
Las elecciones presidenciales en los EEUU se realizaron el pasado martes 3 de noviembre. Cuando estoy escribiendo es 7 de ese mes, es decir, han pasado cuatro días y todavía no se conocen oficialmente los resultados de esas elecciones. Adicionalmente, antes del 3/11 ya habían votado en los días y semanas anteriores unos 80 millones de estadounidenses a través de la modalidad del voto por correo y desde hacía rato, el presidente y candidato a la reelección, el fascista y supremacista Donald Trump, denunció fraude y amenazó con diversas maniobras –unas legales, la mayoría no- para impedir su derrota. Si la mitad de eso hubiera pasado en Venezuela (o en cualquier otro país cuyo pueblo y gobierno siguen un curso independiente del hegemonismo imperialista), el escándalo mundial sería mayúsculo, sería la confirmación más que evidente de que aquí habría una horrenda y criminal dictadura que ni siquiera respetaría el voto de su pueblo. Pero, como eso no pasó ni va a pasar en Venezuela, sino en los Estados Unidos de Norteamérica, es normal; la canalla mediática mundial, los intelectuales y políticos de derecha en todas partes, la OEA o el cartel de Lima; no dicen nada, a lo sumo lo celebran como una de las “cosas simpáticas” del sistema electoral estadounidense y las amenazas e intentos de chantaje de Trump, algo que, si bien no se celebra –dicen los más críticos-, tampoco se condena.
Como se sabe, los presidentes en los Estados Unidos no son electos en votación universal, directa y secreta, como en Venezuela y en la mayoría de los países del continente. En EEUU los presidentes se definen en elecciones de segundo grado, es decir, los millones de estadounidenses que votaron el 3 y los que lo hicieron antes por correo, no eligieron al presidente, sino a 587 colegios electorales, cuya composición partidista depende de la cantidad de votos de cada partido en cada estado de la Unión y el que tiene la mayoría en un colegio electoral se lleva todo; quiere decir que, si por ejemplo en una estado que elige tres colegios electorales (unos estados tienen más colegios electorales que otros dependiendo de la base poblacional, con lo cual algunos estados pesan más que otros en la elección), un partido saca 60% de los votos populares y otro 40%, esos tres votos –uno por colegio electoral- serán para el partido que obtuvo el 60% como si fueran el 100%.
Al día de hoy, se dice que Biden tiene la mayoría de los colegios electorales con una diferencia importante con Trump, pero el magnate sigue pataleando y los apologistas del sistema observan con simpatía y de manera cómplice. Ellos aspiran a un mundo así, no olvidemos sus declaraciones luego de la victoria del MAS y Luís Arce en Bolivia. Quieren una democracia de segundo grado y nos pretenden dar clases de democracia, pero con nosotros no van a poder. Seguimos venciendo.
Caracas, 7 de noviembre de 2020

El MPPPST informa a las entidades inscritas ante el Registro Nacional de Entidades de Trabajo (RNET), que la plataforma estará habilitada para realizar la declaración del primer trimestre del 2024.

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