Opinión: Revolución económica productiva (2da parte)
En la primera parte de este artículo (“Revolución Económica Productiva”), publicada la semana pasada, afirmamos: “En la dimensión económica, debe ser una década de revolución económica productiva y este año que ya comenzó debe ser el de despegue, con el esfuerzo que viene haciendo la clase obrera para recuperar la producción en diversos sectores con los CPT al frente, con ese instrumento poderoso para atraer inversiones y recuperar la prosperidad económica que es la Ley Antibloqueo, con el aporte de empresarios privados comprometidos con el país y la producción y con la dirección del hermano presidente Nicolás Maduro…” . Aquí está expresada la tarea central de la Revolución Bolivariana, los sujetos sociales y parte de los instrumentos que la harán posible.
Es esencial el papel de la clase obrera. En otras oportunidades lo hemos dicho y lo vamos a repetir: para nosotros en la Venezuela de hoy (sometida a una guerra brutal del imperialismo y sus aliados, con el apoyo de una camarilla traidora), el papel de vanguardia de la clase obrera en la construcción del socialismo, planteado por los clásicos del marxismo y el socialismo desde mediados del siglo XIX, no es un problema filosófico, doctrinario o ideológico; es una demanda concreta del momento. La construcción del Socialismo Bolivariano, que pasa por la derrota del bloqueo, las medidas coercitivas unilaterales y todas las formas que asume la guerra total en tiempos de globalización, nos convoca a apoyarnos en nuestras propias fuerzas. Eso implica desarrollar las fuerzas productivas nacionales, nuestra capacidad para producir riquezas, en función de la recuperación económica de la Patria. La clase obrera venezolana, con su vanguardia productiva constituida por los consejos productivos de trabajadores (CPT), asumió el reto y ha venido levantando la producción en importantes sectores productivos de la economía nacional, como la industria pesada (sobre todo las cadenas hierro-acero y aluminio), el sector agroalimentario, los hidrocarburos y otros; en los que comienzan a verse resultados. En esta batalla estratégica, confluyen también el gobierno revolucionario y el sector de empresarios que están apostando al país y la producción.
Volveremos sobre este tema. Seguimos venciendo.